De la misma forma buscamos nuestra propia luna por la vida, aunque el astro brille cada noche sobre nuestras cabezas vigilando nuestros sueños, hace presente su luz en la tierra de los mundanos para seguir cuidando a sus fieles compañeros. Y aunque en ocasiones cueste notarlo el lobo consigue siempre ver la luz de Selene en quienes lo rodean, pues ella se cubre de mascaras humanas para entrar en nuestra vida, a veces como una amiga que te acompaña siempre en los buenos y malos momentos, que a pesar de lo dura que sea la situación siempre vuelve su amistad a ti, otras veces como una consejera que lleva consigo la palabra correcta para el momento indicado, la que reconoce tus virtudes y te explica tus defectos, siempre para verte mejor.
Hay incluso ocasiones en que la luz de Selene es tan especial que puede incluso ser tenue y fuerte a la vez, haciéndose presente en una persona que se vuelve especial, alguien que confía en el lobo y al mismo tiempo le permite confiar por completo, una persona con la que conecta desde una primera mirada en la que ve en sus ojos el reflejo de la luna, con quien se puede compartir particularidades e incluso risas. Es difícil a veces saber que mascara es con la que Selene se presenta en estas ocasiones, ¿Amiga o compañera? es difícil decir, pero es mas importante tener un rayo de luna en nuestras vidas que descubrir con certeza con cual cara se nos presenta, pues vale mas su luz que su titulo.
Selene, la madre, la amiga, la compañera, la consejera, la guardiana, aquella que sin importar que pase, cuando el lobo melancólico y abatido necesite de su cálida y delicada luz, ella siempre se alzara en el cielo con una sonrisa para él.