sábado, 31 de enero de 2015

Delirios de un lobo noctambulo

    Por algún motivo lo recuerdo, tan nítido como si la ultima noche hubiera sido justo ayer, la ultima noche que Selene nos regalo su velo para encubrir nuestra verdad, por alguna razón las imágenes cruzan como saetas de fuego ante mis ojos, imágenes de momentos donde la pasión y los sentimientos se volvían uno, nos volvían uno. Repaso en mi mente aquellos efímeros momentos en que mis manos recorrían tu piel, escrutando cada centímetro de ti, dibujando corazones en tu espalda en busca de un camino a tu alma, perdiéndome entre besos y palabras cortadas por un silencio que lo decía todo. Noches en los que nuestro delito fue únicamente ser una verdad que jamas diríamos a nadie mas, una sincero secreto oculto entre cuatro paredes, sellado tras una puerta cualquiera, portal que nos llevo a la mas perfecta locura, a un mundo distinto donde la oscuridad se prestaba para la mas perfecta visión de cada uno, y lo solo podía escucharse un el tamborileo al unisono de dos corazones llevados por una misma pasión. Lo que se ocultaba tras la tenue umbra, no era mas que dos cuerpos de lo que llego a ser un mismo ser.
    
    Aun puedo recordar como todo comenzó casi como un inocente juego, una locura no mas, y nos fue llevando a una adicción, no fue el placer que el cuerpo sentía lo que nos llevo a seguir con nuestro propio mundo personal, fue la perfección, la seguridad y la sinceridad de un momento en el que ambos espíritus se forjaran en uno solo. Aun puedo recordar la ultima noche, recordar como caímos juntos en el sueño de Morfeo y mis brazos te cubrieron para cuidar de nuestro onírico mundo en tu pecho y la luna nos regalo su protectora bendición, solo para despertar ante la primera luz del día sosteniéndote aun en el abrazo mas perfecto. 

    Si tan solo siguiera esa perfecta noche en la cual Selene fue la testigo muda de un secreto que siempre quedara sellado entre las mismas cuatro paredes, detrás la misma puerta.



miércoles, 14 de enero de 2015

Bóveda de memorias

    Mar de recuerdos, por el cual navego en las horas solitarias en las que la luna es mi única compañía, repasando con cauteloso detalle los momentos que una vez llegamos a compartir, los momentos que en mi nostalgia me torturan y me hacen compañía a la vez. A los recuerdos los acompañan lagrimas y sonrisas furtivas de media noche, de esas que como un fuego artificial suben de lo mas hondo de mi ser, para llegar al cielo de mis memorias y comenzar a caer un poco hasta llegar a mis labios donde estalla en una mueca de antiguas alegrías que hoy mas se parecen a la luz de las estrellas tan lejanas que han desaparecido tiempo atrás, y tan efímera como comenzó, la sonrisa se extingue al entender que dicho momento ya no esta.

    Me encierro solo en esta bóveda de memorias, a pasar las horas melancólicas bajo la luz de una luna que una vez significo un romántico acompañamiento, y es ahora cuando veo que fue ella la única compañera que estuvo y nunca se fue, que un día unió nuestras miradas en el cielo, pero que siempre me miro a mi cuidándome de la oscuridad con su suave mirada. Hoy solo me acompañan recuerdos de lo que una vez fue, preguntas de lo pudo ser, y una pálida luz que me cuidara, hasta el día en que una vez mas quiera inventar nuevas memorias para guardar en esta bóveda, y entonces,  me acompañara una vez mas.

    Recuerdos que asaltan en los momentos menos esperados, momentos en los cuales la razón de mi sonrisa, tuvo tu nombre, hoy se convierten en sonrisas de melancolía que arden en los labios y queman el corazón, hoy se vuelven razones para que una lagrima rebelde escape de los mismos ojos que una vez guardaron con alegría las memorias que pronto volveré a encerrar en la bóveda que guarda  lo que un día fue una verdad, y que hoy se vuelven mentiras que me digo, e historias para antes de dormir...


Tres personas importantes para mi inspiraron este escrito con sus historias, y una persona mas es protagonista principal en mi parte personal del escrito, a estas cuatro personas dedico estas palabras.