jueves, 28 de abril de 2016

Hija de lobos y luna

Hija de lobos y luna, criatura nacida de la divinidad en un mundo mortal  llevas en ti la marca de la soledad mientras tu naturaleza te lleva a la manada, pero tu te alejas porque no entiendes tu lugar, temes causar dolor al mundo y no comprendes la luz que llevas en ti. Diosa y bestia, divina y mortal, tu que buscas entender el mundo para ayudar y que te embarga la emoción ante la visión del dolor, tu que solo buscas sonreír y ser cada vez mejor, tu que aun representas para mí un misterio que vale la pena develar. Eres tu la que se ha visto y olvidaste que la luna no esta sola en la negra noche, que en cambio dispersa las tinieblas con su plateado fulgor para que la manada la acompañe, la admire y la ame, así como ella misma ama a sus lobos cuidándolos desde lo mas alto. Tu que naciste con la virtud de sentir tanto, que llevas dentro de ti el amor de luna y de los lobos, tu que velas por los que amas pero te asusta no ser lo suficiente para cuidarlos siempre, tú vives en soledad pero anhelando la irónica libertad de la manada. A ti te vi diosa y te vi mujer, vi en ti la piel cálida del lobo y luz plateada de la luna, esa magnifica como extraña visión que  me logró cautivar.

Tú, hija de lobos y luna... eres alguien interesante.

jueves, 7 de abril de 2016

"Un nuevo amanecer" de La Lune

Esta entrada es muy importante para mí, un regalo muy especial de mi mejor amiga, La Lune, en mi 24  cumpleaños, gracias por un regalo tan hermoso.

"Abrió los ojos.

Por primera vez captó el mundo. Sintió la tierra bajo sus patas, cuya vibración estremecía su cuerpo peludo y sus músculos. Observó el cielo azul, las nubes, los pájaros altos que volaban libremente y le acariciaban con el viento. Olió la brizna, el monte, los animales. Sintió el sol, la pradera, el calor de su madre.

En sus ojos marrones se reflejaba la promesa del porvenir. Jugaba con el viento, cazaba las aves y las luciérnagas, hablaba con los árboles y dormitaba entre las flores.

Una noche, las estrellas le susurraron que despertase a enfrentar su destino. Al abrir sus ojos la luna se le coló en la mirada y le dejó ciego de amor. El lobo valiente persiguió la estela plateada por galaxias y mundos, buscando alcanzar su plateada inmensidad. De día dormitaba y de noche vagaba por la infinita negrura, buscando su amada que a veces hacía acto de presencia y a veces desaparecía en la penumbra.

Entonces, cayó. Una lanza le atravesó el pecho y, desangrándose, cayó al río. Tiñó las aguas de carmesí mientras su mirada se pasmaba en la última plateada estela.

Una voz le susurró al oído desde sus entrañas: levantate. Nada. Surge.

Encolerizado movió sus pesadas patas, atravesando la infinita pesadez que lo rodeaba. No sabía a dónde se dirigía, sólo sabía que debía seguir y llegar.

La orilla del lago lo recibió con dulzura, y una vez más la tierra y los árboles le dieron la bienvenida a su hogar. La lanza ya no estaba en su lugar y las cicatrices ya no dolían.

Solemne se acercó al agua, pero en este lago no encontraba ya la negrura amenazadora, sino sólo las historias de su doloroso pasado que había quedado atrás y el frío líquido que le mojaba los labios y sanaba sus miedos. Levantó la vista una vez más al cielo y contempló por primera vez las estrellas, quienes le llenaron de alegría, pues siempre habían estado ahí en el fondo.

Miró la luna de nuevo, con recelo y respeto y encontró algo maravilloso: un nuevo amor. Se enamoró entonces el lobo de otra luna, una nueva luna (que no era la luna suya, ni mía, ni de nadie más) quien siempre estaría ahí para él.

Por primera vez en años, el sol comenzó a asomarse por el horizonte. Volvieron los trinares a sus oídos, el rocío a sus patas, la emoción a su alma. Se percató entonces de las muchas primaveras que habían pasado, pero los rayos del sol disiparon sus dudas y sus miedos, haciéndolo sabio e inmortal. Por fin era libre de sus cadenas y, con la promesa del nuevo amanecer, reanudó su camino."
      
                   La Lune, 07-04-2016