jueves, 7 de abril de 2016

"Un nuevo amanecer" de La Lune

Esta entrada es muy importante para mí, un regalo muy especial de mi mejor amiga, La Lune, en mi 24  cumpleaños, gracias por un regalo tan hermoso.

"Abrió los ojos.

Por primera vez captó el mundo. Sintió la tierra bajo sus patas, cuya vibración estremecía su cuerpo peludo y sus músculos. Observó el cielo azul, las nubes, los pájaros altos que volaban libremente y le acariciaban con el viento. Olió la brizna, el monte, los animales. Sintió el sol, la pradera, el calor de su madre.

En sus ojos marrones se reflejaba la promesa del porvenir. Jugaba con el viento, cazaba las aves y las luciérnagas, hablaba con los árboles y dormitaba entre las flores.

Una noche, las estrellas le susurraron que despertase a enfrentar su destino. Al abrir sus ojos la luna se le coló en la mirada y le dejó ciego de amor. El lobo valiente persiguió la estela plateada por galaxias y mundos, buscando alcanzar su plateada inmensidad. De día dormitaba y de noche vagaba por la infinita negrura, buscando su amada que a veces hacía acto de presencia y a veces desaparecía en la penumbra.

Entonces, cayó. Una lanza le atravesó el pecho y, desangrándose, cayó al río. Tiñó las aguas de carmesí mientras su mirada se pasmaba en la última plateada estela.

Una voz le susurró al oído desde sus entrañas: levantate. Nada. Surge.

Encolerizado movió sus pesadas patas, atravesando la infinita pesadez que lo rodeaba. No sabía a dónde se dirigía, sólo sabía que debía seguir y llegar.

La orilla del lago lo recibió con dulzura, y una vez más la tierra y los árboles le dieron la bienvenida a su hogar. La lanza ya no estaba en su lugar y las cicatrices ya no dolían.

Solemne se acercó al agua, pero en este lago no encontraba ya la negrura amenazadora, sino sólo las historias de su doloroso pasado que había quedado atrás y el frío líquido que le mojaba los labios y sanaba sus miedos. Levantó la vista una vez más al cielo y contempló por primera vez las estrellas, quienes le llenaron de alegría, pues siempre habían estado ahí en el fondo.

Miró la luna de nuevo, con recelo y respeto y encontró algo maravilloso: un nuevo amor. Se enamoró entonces el lobo de otra luna, una nueva luna (que no era la luna suya, ni mía, ni de nadie más) quien siempre estaría ahí para él.

Por primera vez en años, el sol comenzó a asomarse por el horizonte. Volvieron los trinares a sus oídos, el rocío a sus patas, la emoción a su alma. Se percató entonces de las muchas primaveras que habían pasado, pero los rayos del sol disiparon sus dudas y sus miedos, haciéndolo sabio e inmortal. Por fin era libre de sus cadenas y, con la promesa del nuevo amanecer, reanudó su camino."
      
                   La Lune, 07-04-2016

1 comentario:

  1. De verdad me quedo impresionado leyendo este escrito, lo pase a 7 personas y todos quedaron flotando hacia otro mundo. Es una fortuna leer tan bellos escritos, han alegrado la vida de muchos y la mia. Gracias nuevamente

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